Durante décadas, la medicina avanzó bajo un enfoque general que permitió grandes logros, pero que no siempre contempló las diferencias individuales de cada persona. Hoy vivimos un cambio de paradigma: los avances en genómica y en investigación clínica nos permiten comprender mejor cómo funciona cada organismo y por qué dos pacientes con el mismo diagnóstico pueden responder de manera muy distinta a un mismo tratamiento. Ese es el núcleo de la medicina personalizada, un enfoque que ya es parte del presente.
Julio Fraomeni fue uno de los primeros en señalar que esta transformación marcaría un antes y un después en el sistema de salud. Su visión siempre estuvo orientada a incorporar tecnologías y conocimientos que ampliarán la capacidad diagnóstica y terapéutica de los profesionales. Bajo esa convicción, Galeno impulsó la adopción progresiva de herramientas que permiten identificar variantes genéticas, marcadores moleculares y otros indicadores que mejoran la precisión clínica.
La medicina personalizada no reemplaza la práctica médica tradicional: la potencia. Permite anticipar riesgos, seleccionar terapias más específicas y reducir intervenciones innecesarias. Para Fraomeni, este enfoque no es solo una innovación científica: es una forma de cuidado más humana, porque reconoce la singularidad de cada paciente y respeta su biología particular.
La inversión constante en equipamiento, capacitación y desarrollo de nuevas líneas de investigación refleja esa estrategia. El objetivo es claro: que cada persona reciba diagnósticos más certeros, tratamientos a medida y un acompañamiento clínico más ajustado. Esto se traduce en mejores resultados terapéuticos, menor exposición a efectos adversos y un seguimiento más cercano y eficaz.
La medicina personalizada redefine la relación entre profesional y paciente. Permite detectar enfermedades antes, intervenir en el momento justo y construir planes de cuidado que realmente respondan a las necesidades individuales. En esencia, es un puente entre la innovación científica y una atención profundamente humana, alineada con la visión que guía a Galeno desde sus inicios.